Algo no andaba bien en Tucumán Rugby, hasta ayer: fue cuando su historia volvió a tener un norte triunfal. Aunque según Jerónimo Mesón, uno de los técnicos del “verdinegro”, el destino se está ordenando en relación a la vida de un club que existe hace 74 años. “En 15 años ganamos dos títulos y es poco”, reconoció Mesón, con la ambición de campeón a flor de piel.
“Estamos en un club que no sólo necesita un campeonato, sino pensar de acá en adelante. Esto para mí recién empieza. Hay que pensar en el año que viene, en el Nacional, en otro Anual, esto sigue. Hay que tener esta mentalidad, más en el club en el que estamos”, elevó la vara Mesón para sus dirigidos.
Los parámetros de rendimiento que el técnico estableció cuando todavía no se había cumplido ni la hora de consagración ante Universitario, tienen fundamento. El proceso que desembocó en la corona del Regional es lo que lo lleva a tal análisis. “Fue mucho sacrificio y dejar muchas cosas. El año pasado tuvimos un año espectacular y, por un solo partido, los chicos fueron muy maltratados. Quedamos golpeados. Por eso 2015 era otra prueba: hicimos un gran campeonato, llegamos con una ventaja, tuvimos un traspié y todos esperaban que sigamos cayendo”, reflexionó Mesón. Nada más lejano sucedió en el partido por la definición de la Copa de Oro. Fue complicado mantenerse en ascenso en el “serpentario” porque el dueño de casa también quería lo mismo. “Sabíamos que era un partido de palo y palo. ‘Uni’ es siempre así hasta el minuto 80. Tiene un rugby total, muy parecido al nuestro”, analizó.
¿Qué marcó el desequilibrio para que haya un ganador? “Me inclinaría por el que se equivocó un poquitito menos”, respondió estirando el diminutivo. “Hubo errores y aciertos. Hubo pelotas que quedaron para nuestro lado y otras para ellos. Se ganó por tres puntos y listo, ya está. Ganó el que menos se equivocó”, sentenció Mesón.
Tryman del torneo
Lucas Cartier, una de las figuras de Tucumán Rugby, consideró lo mismo que su técnico. “Sabíamos que iba a ser un partido así: podía ser para cualquiera”, reconoció el tryman del torneo que vulneró una vez el in-goal de “Uni” y sumó su vigesimoprimer try.
“Teníamos una deuda, que era jugar los 80 minutos al mismo ritmo, lo que iba a ser muy complicado porque ellos juegan un rugby muy parecido al nuestro. La clave era resistir hasta el final”, afirmó el wing. Cartier no se anotó todo el crédito por la conquista que logró, con su potencia física que permitió sacarle provecho a un acertado movimiento colectivo. “Uno que está en la punta, tiene la suerte de apoyar, pero esto lo hacen los 15: empujan todos para que uno al final sólo ponga el nombre”, destacó el trabajo de equipo.